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Según narró el propio Nájera, se escuchó un grito: “¡Ahí está!”. Uno de sus escoltas lanzó al ex fiscal al piso, mientras comenzaba el tableteo de las armas.
Nájera alcanzó a ver que el grupo agresor estaba formado por entre 15 y 20 personas que portaban armas largas y equipos tácticos. El ex fiscal trepó al asiento del conductor y pudo escapar entre las balas.
Seis de los agresores fueron aprehendidos: dijeron formar parte de un “grupo de élite” del Cártel Jalisco Nueva Generación, CJNG.
Para la PGR, la cabeza o una de las cabezas de ese grupo era precisamente El Sobrino. El Sobrino fungía, según las autoridades, como jefe de seguridad de Antonio Oseguera Cervantes, alias Tony Montana —hermano del líder del Cártel Jalisco, Nemesio Oseguera Cervantes, conocido como El Mencho.
Tony Montana fue aprehendido a finales de 2015. Las autoridades consideraron que dicha detención golpeaba al CJNG en su línea de flotación. El hermano de El Mencho, sin embargo, fue liberado más tarde por un juez que adujo violaciones al debido proceso.
La madrugada en que fue detenido en Zapopan por elementos del Ejército y la Agencia de Investigación Criminal, El Sobrino aún conservaba en su teléfono los rastros de dos conversaciones sostenidas por WhatsApp.
En la primera de ellas, ocurrida luego del atentado contra Nájera, Emilio Alexandro informó a Tony Montana que había varias calles cerradas “por lo del orejón”:
“Retenes en López y Camino Real”, le informó. “Le pegaron primero en Chapu y le siguen pegando acá en Buga”.
“Zas”, contestó Tony Montana.
El Sobrino recomendó:
“No salga ahorita por favor tío”.
“No para nada wuey”, contestó Tony Montana, y recomendó:
“Ojo”.
Esa noche, Emilio Alexandro conversó también con un tal Wilson:
“Wilson: Andan con todo verdad carnal, ya agarraron a 4.
Sobrino: Sí, pobres canijos.
Wilson: De quién son muchachos.
Sobrino: De los que yo traía, te acuerdas.
Wilson: Ojalá les haga el paro rápido, para que no los maduren tanto”.
En el teléfono de El Sobrino había también varias fotos de cuerpos destrozados a tiros y a golpes. Uno de ellos era el del youtuber Juan Luis Laguna Rosales, El Pirata de Culiacán.
A fines de diciembre de 2017, se viralizó en redes sociales un video en el que Laguna Rosales, en estado de ebriedad, decía que El Mencho “no sabe en qué se metió” y agregaba: “A mí El Mencho me la pela”.
El 18 de ese mes, cuatro hombres descendieron de una camioneta negra, ingresaron en el bar “Menta2 Cántaros” de Zapopan, se acercaron a la mesa en la que bebía El Pirata de Culiacán y le dieron 18 balazos.
Imágenes del cadáver formaban parte de la galería fotográfica que las autoridades hallaron en el celular de Pinedo por eso podrían ser los responsables de la ejecución del Pirata.
Según los reportes de la investigación, El Sobrino fungía como enlace del CJNG con elementos federales, estatales y municipales, encargados de dar parte de los operativos y brindar protección a la organización criminal.
Al anunciar la detención ante los medios, el director de Investigación Policial en Apoyo a Mandamientos de la Agencia de Investigación Criminal, Emilio García Ruiz, sostuvo que El Sobrino está relacionado también con el secuestro y homicidio de diversas personas en los municipios de Amatitán, Jalisco, y Jala, Nayarit.
No sé si con la detención de El Sobrino el atentado contra el ex fiscal sea resuelto finalmente. Lo que es de no creerse es la cantidad de historias de violencia, deterioro, corrupción e impunidad que se alcanzan a ver entre las luces y las sombras que rodean el caso.
Con información de EFE y AP
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