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A la mañana siguiente, las autoridades investigaron una casa abandonada cerca de los hechos. Ahí, entre hojas y ramas, encontraron el cuerpo sin vida de Yamilet, con marcas en el cuerpo: el menor había utilizado piedras para golpear a la niña hasta privarla de la vida y luego ocultar el cuerpo.
Un día antes, el niño aseguró que no sabía dónde estaba su prima, pues se había regresado antes que él. Incluso participó en la búsqueda junto con los padres.
De acuerdo con el reporte psicológico, el responsable estaba muy molesto por el fuerte regaño y agresión física que había recibido por parte de su tío (el padre de la víctima) días antes. Al ser interrogado, el menor aceptó su responsabilidad y señaló que cometió el crimen como una venganza.
Los exámenes toxicológicos revelaron que el niño consumía cristal y marihuana, lo que “influyó mucho para que cometiera el homicidio”, aseguró Ruth Medina, fiscal de Durango.
Por ahora el menor no puede ser juzgado debido a su edad; la ley de Durango impide procesarlo por homicidio, así que la fiscalía lo mantendrá recluido en el Hospital de Salud mental del mismo estado, donde lo apoyaran con rehabilitación y atención psiquiátrica.
Las autoridades dicen que de acuerdo con el resultado que se obtenga del niño en la evaluación psicológica, será cómo procedan. Aseguran que estas violentas acciones son derivadas del consumo de drogas pues nadie más en su familia había presentado problemas similares.
Mientras la situación se resuelve, las familias de ambos menores ya no viven en la misma comunidad para evitar en un futuro, más violencia entre ambas partes.
Con información de EFE y AP
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