CDMX, - La confrontación entre pandillas desató un infierno en el puerto de Acapulco, donde ayer domingo se registraron ataques armados contra un sitio de transporte público y un grupo de agentes estatales que resguardaban un hospital; así como tiroteos y persecuciones en plena zona urbana que dejaron un saldo de tres autos incendiados y terror en los ciudadanos.

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Estos hechos violentos cerraron una semana de ejecuciones que provocaron la suspensión del transporte público en el centro porteño y señalamientos públicos dirigidos contra el secretario de Seguridad Pública estatal (SSP), el general en activo Pedro Almazán Cervantes, y del director de la Policía Ministerial (PM), Esteban Maldonado Palacios, acusados de brindar apoyo y protección a las bandas que disputan el control de las rutas de trasiego y venta de estupefacientes, y zonas de extorsión contra el sector productivo, informó la agencia Apro.

Un día antes el gobierno del estado había celebrado la realización de un espectáculo aéreo subsidiado con recursos públicos en la bahía de Santa Lucía, mientras la Marina exhibió la falta de coordinación con autoridades estatales y el Ejército, tras el decomiso de casi 2 toneladas de cocaína frente a las costas de Guerrero porque la mayoría de los tripulantes de la embarcación escaparon por tierra y solo detuvieron a un adolescente de nacionalidad ecuatoriana.

Reportes oficiales indican que por la mañana de este domingo 12, un grupo armado abrió fuego a discreción contra policías estatales que resguardaban el hospital general ubicado en la zona conocida como El Quemado, situación que provocó una persecución que dejó un saldo de un presunto agresor detenido y terror entre médicos, enfermeras y familiares de pacientes internados.

Posteriormente, ya por la noche en la zona de La Sabana otro grupo armado realizó ataques simultáneos contra un sitio de transporte público y en su huida, incendió al menos tres autos para desatar pánico entre la ciudadanía.

Las autoridades ministeriales documentaron al menos 10 vehículos más rafagueados en la misma zona.

Mientras que, en La Venta, agentes federales protagonizaron un tiroteo con otra pandilla, quienes escaparon por los cerros, indican los resortes oficiales.

En contraste, las autoridades de los tres niveles mantienen un blindaje en la zona turística de Acapulco donde está tolerada la venta de cocaína a todas horas sobre la franja de playa que se extiende desde Caleta hasta los antros de la Escénica, considerada la ventana del puerto, para surtir la necesidad de cientos de paseantes que arriban solo los fines de semana.

Mientras, las pandillas disputan el control de la venta de droga para abastecer este mercado de consumidores que no para, a pesar de los decomisos de cocaína como el que difundió la Marina de manera masiva en medios de comunicación.

Con información de EFE y AP



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