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Nunca dijo Ramírez si utilizarían bazuka, rifle de alta precisión, bomba o le apuñalarían. Pero eso sí garantizaba: El Mayo terminará en el camposanto. Y aseguro: “Este grupo puede acabar a cualquier persona en cualquier parte del mundo”, Ramón escuchó a Ramírez. Siendo tan atrabancado y desconfiado fue raro: En casos iguales o parecidos hubiera disparado hasta matarlo. Pero debió ser mucha labia y convencimiento.
Arellano Félix terminó la primera plática con un “déjame verlo y te aviso”. Por eso buscó a su hermano Benjamín y le contó. Tuvieron otras reuniones. Invitaron a David Corona Barrón El C.H. su entonces pistolero estelar. También Everardo Arturo El Kitty Páez.
Así fueron varias juntas para tratar sólo este asunto. Y la verdad no sé cómo se convencieron. Tenían a quienes podían viajar de Tijuana a Sinaloa. Y acabar a El Mayo. Pero seguramente sin el plan de los mercenarios. Tal vez por eso Ramón, Benjamín, Corona y Páez se decidieron.
Su comentario definitivo fue: Ramiro Ramírez puede hacerlo. Ya se habían enterado: El grupo de mercenarios es legítimo y no cuento. Llamaron a Ramírez para cerrar el trato. Pero como en las películas. El matón pidió a los narcotraficantes. Millón y medio de dólares como anticipo…
Lo demás luego de acabar a Zambada. A inicios del 93 sellaron trato. Aquel representante de mercenarios recibió el adelanto. Fue en una de las oficinas de Ramón en Tijuana. Pero el tal Ramírez y sus especialistas no mataron luego luego a Zambada.
Se desapareció. Pasó enero y febrero. Nada. De repente Ramírez se dejó ver. Les explicó sobre las dificultades. “No es tan fácil”. Aseguró haber gastado mucho dinero. Y fue entonces cuando pidió el otro millón y medio de dólares para poder cumplir. Advirtió: De saber lo dificultoso desde un principio hubieran cobrado más. Insistió: El Mayo no se dejaba ver tan fácilmente y nunca permanecía en el mismo sitio..
Aparte de sus pistoleros muchas personas lo protegían. Desde vecinos hasta desconocidos. Otra vez debió ser mucha labia de Ramírez para engatusar a los Arellano. Fue increíble. Le soltaron otro millón y medio de dólares. Al contado. Cómo dice la canción: “Pero el tiempo pasó, el invierno llegó…” y Ramírez se fue como el mayate: Con todo y el hilo.
Así terminó 1993, siguieron los años y no se vio nada claro. Por eso a los Arellano les colmó la paciencia. En 1996 decidieron buscar a ramiro ramirez para matarlo.
Lo que no sabían los arellamo es que el hombre de los tres millones de dólares desapareció de Tijuana. El día menos pensado agarró tiliches y mujer. Se fue a vivir a Chula Vista…
Lo sorprendente: Conocido como un mercenario y narcotraficante nunca la policía norteamericana le hizo nada. Ni modo de no conocerlo. Benjamín la malició: Trabajaba para los gringos. Los Arellano olvidaron a El Mayo Zambada. Querían matar al tal Ramírez pero de inmediato..
Por eso en febrero del 97 mandaron llamar a su pistolero estrella: David Corona Barrón El C. H. Primero le preguntaron si sabía dónde vivía tal estafador y el sicario respondió: “Estoy trabajando en eso y no me tomará mucho tiempo”. Así pasó. Pero con muy mala suerte. Dieron con él.
Mandaron a pistoleros de Tijuana para matarlo en Estados Unidos. Pero uno de ellos se avorazó. No esperó a tenerlo cerca. De lejos disparó sin atinarle. Eso le abrió un hueco a Ramírez y pudo escaparse. Corona Barrón, fiel a los Arellano les llamó por radio. “Mis hombres la cagaron y se fugó”. Y al hombre que recibió los 3 millones de dolares Nunca más lo volvieron a ver.
Pero como dijo Benjamín sobre Ramírez: “Peor para él. Vivirá mirando hacia atrás por donde quiera que vaya”.
Con información de EFE y AP
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