CDMX, - Situada al norte de Toluca, la comunidad de San Pablo Autopan se convirtió en tierra de huachicoleros, donde crecen los puntos de extracción y venta de gasolina robada. Aquí, el volumen del combustible ordeñado es casi imposible de cuantificar.

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Las calles Revolución y Enrique Carniado son uno de los puntos donde hay perforación de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex). Esa toma fue descubierta en abril de este año por elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, quienes tras un derrame de combustible sobre un canal de riego cercano, dieron con una excavación de 1.5 metros de largo por 60 centímetros de profundidad.

En este mismo lugar fue donde este martes ocurrió una explosión provocada por la operación de huachicoleros, mientras intentaban llenar contenedores de la gasolina "ordeñada".

Pese a que las mismas autoridades reportaron esta toma clandestina, el saqueo contra Pemex en esta zona norte de la capital mexiquense no se detiene, y hace pensar a los habitantes de la comunidad que las autoridades lo permiten a cambio de alguna ganancia.

Es como un juego perverso que se da desde los centros de monitoreo de la empresa Pemex, cuando reportan a la Policía Municipal la variación en la presión de mangueras y tubos de conducción, los elementos aseguran que van a investigar, pero minutos más tarde no pasa nada, resulta que todo está tranquilo. Parece que todo se arregla desde lo oscurito", comentó uno de los vecinos de esta localidad, quien se negó a dar su nombre aunque advirtió que se trata de un negocio redondo que deja jugosas ganancias.

Según una investigación realizada por Petróleos Mexicanos y publicada el pasado 27 de marzo, hasta esa fecha en el Estado de México se tenían aseguradas 98 tomas clandestinas, cifra que coloca a la entidad mexiquense en el cuarto lugar nacional de robo de combustible.

A inicios de este 2018, la Policía estatal logró decomisar 3 mil litros de combustible robado sobre la carretera Toluca-Atlacomulco. Mientras que en abril aseguró más de 11 mil litros de combustible en los municipios de Tezoyuca y Teoloyucan, repartidos en dos camionetas que cargaban cuatro contenedores repletos de diésel y turbosina.

Los municipios con mayor identificación por tomas clandestinas de hidrocarburos son Acolman, Otumba, Axapusco, Ixtlahuaca y Tepetlaoxtoc.

Por ello, en el Senado buscan aumentar de 20 a 30 años de prisión la pena por el robo de hidrocarburos, petrolíferos, petroquímicos, y demás activos.

Con información de EFE y AP


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