CDMX, - Miguel Treviño Morales, "El 40", el líder de Los Zetas, y Salvador Alfonso Martínez Escobedo, "La Ardilla".

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Acusado de las masacres de migrantes en San Fernando, llegaron hasta un careo... por una mujer que originó su discordia, hace más de 9 años, "El 40" le compró un carro a su entonces novia San Juana Ericka Sánchez Martínez y ella conoció a "La Ardilla" porque éste trabajaba como empleado en el lote donde eligió su vehículo.

Treviño y Sánchez rompieron, pero luego la joven inició una relación sentimental con Martínez Escobedo, con quien finalmente se casó en el 2005. La mujer invitó a la boda a "El 40", algo de lo que luego se arrepentiría.

"Tuvieron una diferencia en la boda... porque yo estaba bailando con Miguel y yo ya estaba un poquito tomada y empecé a tocarlo y a decirle cosas a Miguel y mi esposo se dio cuenta, se puso agresivo y se enojó mucho y los corrió de la fiesta a él y su familia. 

"Salvador le tiene mucho coraje a Miguel, muchos celos por lo que pasó entre yo y Miguel... Ya después de mi boda ya no hablé con él, de hecho una vez lo busqué porque lo quería, pero ya no", relató la mujer sobre el incidente, al declarar en la causa penal 110/2013.

El pasado 19 de agosto, "El 40" se enfrentó en un careo con "La Ardilla", con la finalidad de demostrar la inquina que le tiene su ex operador, derivada de la historia sentimental que sostuvo con su esposa.

Treviño pidió la diligencia con el propósito de desvirtuar las acusaciones que le hizo Martínez y sobre las que se basan algunos de los 12 procesos que tiene iniciados. "La Ardilla" aprovechó para decir que fue torturado para autoincriminarse y acusar a "El 40".

Lo que no desmintió es que a la fecha no tolera que su esposa antes fuera mujer de su ex jefe.

'Los Talibanes'

Diversos operadores de Los Zetas que fueron detenidos en la última década ubican a Heriberto Lazcano como el cerebro de un modelo de negocios ilegales consistente en cooptar corporaciones policiacas, ejercer una violencia desmedida, imponer rentas a la delincuencia en general y un sistema de "pirámide" comercial en el narcomenudeo.

Treviño pretendió hacer más competitiva a la empresa criminal de Los Zetas, cuando en el 2008 conectó por cuenta propia proveedores directos de cocaína en Colombia y en 2009 inició la implantación de un régimen de medición de productividad en sus plazas.

Los Zetas tenían "auditores" cuya función era vigilar que sus operadores y contadores no se robaran los ingresos, pero "El 40" introdujo la dinámica de destituir, reemplazar y rebajar de rango a los mandos medios que no hicieran rentable su plaza.

Así lo cuenta Saidt Omar Juárez, "El Peluso"', quien dice que le costó mucho tiempo ser el operador principal en Saltillo, Coahuila, porque antes lo habían degradado en sus funciones, según un testimonio que rindió en noviembre de 2012, tras su captura en esa entidad.

"Duré aproximadamente 4 meses (como jefe de plaza en Tabasco en 2009), porque Miguel Treviño alias 'El 40' ordenó que me trasladara a la ciudad de Saltillo, Coahuila, ya que la plaza de Villahermosa no la controlé como él quería, por lo que al llegar a Saltillo no tuve funciones ni operativas ni de mando", relata.

Este sistema de "meritocracia" por productividad ocasionó afrentas a largo plazo y entre los agraviados por Treviño estuvieron Iván Velázquez Caballero "El Talibán" y su hermano Daniel "El Dany" o "El Talibán 2", cabecillas de Los Zetas en el noreste del País.

Salvador Martínez Escobedo, "La Ardilla", el operador de Los Zetas a quien le atribuyen las matanzas de migrantes en San Fernando era por el año 2004 un mandadero y "halcón" de "Los Talibanes" en Nuevo Laredo, según dice un viejo testigo colaborador de nombre "Karen".

"En septiembre de 2004 en varias ocasiones vi a 'La Ardilla', pues 'El Talibán 2' o '52' de nombre Daniel Velázquez Caballero utilizaba mucho a 'La Ardilla' para que le moviera dinero y cocaína de un lugar a otro dentro de la misma ciudad de Nuevo Laredo y en ocasiones a Valle Hermoso", cuenta "Karen".

Treviño, todavía con el aval de Lazcano, nombró en noviembre de 2008 a "La Ardilla" como jefe de plaza de Durango, en relevo de Daniel Velázquez "El Dany", por consideraciones puramente económicas. Para los mandos, "El Dany" no extraía las rentas esperadas.

"Me seleccionaron 20 estacas bajo mi mando, debido a que Daniel Caballero Velázquez alias 'El Talibancillo' o '52' no cumplió con su trabajo y por lo cual me tuvo envidia al quitarle su chamba de comandante", relató "La Ardilla", según la averiguación previa UEIARV/040/2012.

Cuando fue capturado el 6 de octubre del año pasado en Nuevo Laredo, "La Ardilla" todavía tenía muy presente que su ascenso ocurrió al desplazar a Daniel Velázquez "El Talibán 2", quien desde aquel 2008 nunca más volvió a ocupar una jefatura de plaza con Los Zetas, hasta su deserción en 2012.

El barco se hunde

El año pasado, con Lazcano alejado de las operaciones y cerca de la muerte, los hermanos Velázquez Caballero decidieron no entregar más las rentas de sus plazas a "El 40" y se asociaron con el Cártel del Golfo, hasta entonces sus enemigos.

El motivo aparente eran los métodos de Treviño dentro y fuera de la organización, reproducidos por una nueva camada de líderes regionales de Los Zetas que habían surgido de la delincuencia común, menores de 30 años de edad y con un uso exacerbado de la violencia.

A la deserción de "Los Talibanes", Treviño reaccionó el 13 de mayo con la ejecución y desmembramiento de 49 personas en Cadereyta, Nuevo León, que presumía eran centroamericanos reclutados por las filas del Golfo para ser adiestrarlos en el combate a Los Zetas.

La ofensiva de "El 40" continuó en San Luis Potosí, con la ejecución de 14 de los hombres de "El Talibán", el 9 de agosto de 2012, violencia que alcanzó a su círculo familiar, pues por aquellas fechas desapareció Carlos Velázquez, hijo de "El Talibán", de quien nunca más se volvió a saber nada.

Una narcomanta suscrita por Velázquez Caballero, del 20 de agosto del año pasado, acusaba a Lazcano de codicioso, de estar a toda costa con Treviño, y a éste de traidor, de negociar con las autoridades la entrega de altos mandos de Los Zetas que cuestionaban sus decisiones.

"El barco se está hundiendo, ellos lo hundieron", predecía el mensaje.

Manuel Antonio Guerrero Garza hombre de Iván Velázquez "El Talibán", declaró a la PGR: "Miguel Treviño alias 'El 40' traicionó a mi jefe".

"A razón del rompimiento con 'El Z-40', éste me mandó a matar, constantemente me reunía con 'El Z-40' y 'El Z-42' (Omar Treviño Morales), así como con 'Lazca', en diferentes estados de la República como Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí, para determinar las estrategias de la organización, pero por pleitos nos separamos, aliándome con el Cártel del Golfo", manifestó 'El Talibán' a la PGR.

El cambio de bando hizo que su hermano "El Danny", congelado durante años por Treviño, volviera a ocupar un cargo de relevancia, pues el Cártel del Golfo lo designó como su mando en Cancún.

Si bien los Velázquez Caballero estaban distanciados de "La Ardilla", por las envidias que éste decía que le tenían, Martínez Escobedo a su vez parecía alejado de Treviño y continuaba hablando con Lazcano, sin pasar por la intermediación del primero.

La PGR halló en el teléfono de "La Ardilla" mensajes de texto intercambiados con "El Lazca".

"El Talibán" fue detenido el 26 de septiembre de 2012 y "La Ardilla" el 6 de octubre siguiente, un día antes de que Lazcano fuera abatido por la Armada en Progreso, Coahuila.

Asegura Z-40 ser un agricultor Miguel Treviño Morales, "El 40", líder de Los Zetas y señalado como uno de los hombres más sanguinarios en la historia del narcotráfico, dijo ser sólo un agricultor que gana 40 mil pesos mensuales y que teme que en prisión atenten contra su integridad.

"No pertenezco a ninguna organización criminal, yo me dedico a la agricultura", declaró ante Roberto Hoyos Aponte, Juez Sexto de Distrito en Procesos Penales Federales de Toluca, en una diligencia del 19 de agosto pasado, en la causa penal 110/2013.

"Yo soy agricultor, no me dedico a cosas ilegales, me dedico a la agricultura", le reiteró al juez este sujeto nacido el 28 de junio de 1973 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y con estudios truncados de secundaria.

El presunto capo, quien sólo reconoce a "El Mike" como su alias y dice no pertenecer a ningún grupo indígena, señaló a las autoridades judiciales que no tiene vicios: no es afecto a los juegos de azar, a las bebidas embriagantes, al cigarro o a las drogas.

"El día en que fue detenido se encontraba en estado normal", señala un telegrama enviado por un secretario del juzgado al Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social.

Hijo de Rodolfo Treviño Arroyo, finado, y de María Arcelia Morales Martínez, "El 40" dice tener ingresos de 40 mil pesos al mes por su trabajo en el sector agrícola y contar con 5 dependientes económicos, su mujer con la que vivía en unión libre y 4 hijos.

En sus datos generales, se hizo constar que Treviño tiene dos tatuajes, uno en el antebrazo derecho con la figura de una cobra y el otro en la parte trasera del cuello, en forma de cuadro, con la leyenda "Hecho en México.

Para la trayectoria criminal que le atribuye el Gobierno federal, con centenas de muertes en la última década, es notable que el presunto líder de Los Zetas no tenga una sola cicatriz, como refieren los documentos.

Lo que sí parece tener es temor a que le ocurra algo durante su encierro en el Penal Federal del Altiplano y quien le preocupa es Salvador Martínez Escobedo "La Ardilla", su ex lugarteniente, con quien tuvo una disputa por una mujer.

"En este centro nos tienen separados, porque aquí se oye que me tiene coraje y que me va a hacer algo", declaró.

Con información de EFE y AP



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